Debido al fuerte rechazo que tuvo esta iniciativa, el Presidente Sebastián Piñera tuvo que pasar por alto toda la burocracia y dejar de lado la institucionalidad existente para evitar que el proyecto de la multinacional Suez Energy siguiera adelante.
Sabemos que la solución no pasa por impedir la instalación de Barrancones en Punta de Choros, así como la mesa de diálogo post Revolución Pingüina tampoco ayudó a mejorar la calidad de la educación.
Sin embargo, estos acontecimientos, que en un comienzo fueron descalificados y ninguneados, crecieron como una bola de nieve y causaron tanto ruido mediático que obligaron a los gobernantes de turno a referirse a estos temas y negociar para que sus índices de popularidad no siguieran cayendo.
No es menor el hecho de poder instalar en la agenda pública los temas que a nosotros nos interesan. Lamentablemente, éstos son casos esporádicos en nuestro país, cuya población es irritantemente pasiva, sobre todo en el período post dictadura.
De una vez por todas tenemos que empezar a exigir nuestros derechos. Sí, nuestros derechos… lo que nos corresponde y pertenece. De partida, los políticos están al servicio de nosotros y no al revés. Ésta es una frase muy bonita, pero que pocas veces logramos concretarla. Y eso ocurre básicamente por nuestra mentalidad conformista y pasiva: sólo recibimos lo que nos da el Estado. A lo más, alegamos entre amigos y familiares, pero no hacemos nada por cambiar las cosas.
Debemos darnos cuenta que somos nosotros los que les damos de comer a ellos. Sin nuestros votos, ellos jamás ganarían los millones que mes a mes incrementan sus cuentas de ahorro. Por eso tenemos que empezar a utilizar nuestro poder. ¡Nosotros les pagamos el sueldo! Y eso es algo que no están dispuestos a perder.
¿O acaso creen que a Piñera le importa Punta de Choros o lo que sucede con las comunidades indígenas? Sólo le interesan los votos, las encuestas y su imagen internacional. ¿O acaso la mesa de diálogo post Revolución Pingüina buscaba realmente integrar a los estudiantes y profesores en la toma de decisiones? ¡Nada! Sólo era una medida para calmar las aguas y terminar el conflicto, pero que una vez finalizado el boom mediático, se llenó de promesas incumplidas.
Por eso el llamado es a organizarse, salir a las calles, ocupar los espacios públicos, expresar nuestro descontento y exigir nuestros derechos. Si no lo hacemos, seguiremos siendo pisoteados día tras día.
Por Víctor Parra.
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