“¿Por qué callamos las mujeres?... Muchas veces callamos
porque así se nos enseñó y así se le enseñó a nuestras madres, quienes
aprendieron de nuestras abuelas, las señoritas deben callar y si nos atrevemos
a reclamar, a pedir, a patalear, pasamos de Damas a Histéricas.
Me di cuenta de que lo más fácil para entender nuestros
silencios, nuevamente era culparnos a nosotras mismas, a nuestras madres y a
nuestras abuelas con sus enseñanzas, pero al leer el libro, vi la injusticia
que estaba cometiendo, la culpa no es de ellas, ni de nosotras, ¡la culpa es de
todos!
Y es de todos porque aceptamos este modelo patriarcal
impuesto y casi naturalizándolo, nos negamos a revelarnos ante él. Uno de los
relatos nos habla del Modelo de belleza impuesto, donde todas debemos
parecernos a ese modelo: altas, flacas, jóvenes, pechugonas, con hermoso pelo,
sin arrugas. Y nosotras nos creemos este modelo y nuestro baño se llena de
productos para el pelo, cada vez que comemos chocolate es con culpa, el sostén
push up se vuelve un aliado, los tacos son cada vez más altos, las cremas para
las arrugas deben ser de día y de noche, “porque para ser bellas hay que ver
estrellas” y todo esto disfrazado como “salud”. Y si es tan sano, ¿por qué no
se le impone a los hombres igual sentido de lo que es la salud?